Un país en la pantalla
Entrevista Raquel Piñeiro

En esta entrevista tenemos el enorme placer de entrevistar a la autora del que intuimos será en breve un título de referencia para los turistas de pantalla. Gracias a las pistas que nos ha revelado sobre su libro, Raquel nos presenta un destino como España a través de una visión panorámica de su filmografía. No te podrás resistir a un contenido plagado de curiosidades, descubrimientos y mucha historia. ¡Acompáñanos!

 

¿Qué entiendes tú por Turismo de pantalla?

Pues efectivamente yo creo que es un concepto muy amplio, muy complejo, y que lo obvio es imaginar que todos estamos en nuestra casa o en el cine viendo una película o una serie y decimos ay, qué sitio tan bonito, tan interesante, quiero conocerlo.

Lo que pasa es que sí que creo que es un concepto que va mucho más allá y que son los propios lugares rodados los que tienen que tomar el protagonismo y no solo ser simplemente receptores pasivos de ese turismo que viene atraído porque esta es la casa de tal personaje o porque este es el escenario de tal capítulo. Lo deseable sería que también son esos lugares aprovechasen esa oportunidad para desarrollar iniciativas dirigidas no solamente al turismo, sino también a sus propios vecinos y a la propia población local. 

Por otro lado, creo que el cine y las series son cultura, son patrimonio. Esto es una cosa que en España todavía estamos empezando a asumir, porque creo que ahora sí que se reconoce. Sin embargo, todavía estamos en proceso de identificar los lugares de rodaje como patrimonio cultural y que eso es una oportunidad económica y un legado que no se puede perder, que se puede aprovechar.

Asimismo, hay ciertos lugares en los que impacta la masificación turística y acaban teniendo una relación un poco ambigua con el hecho de haber sido escenarios de un rodaje. Estoy pensando, por ejemplo, en San Juan de Gaztelugatxe con Juego de Tronos, porque seguramente en su día habría mucha gente de esa zona pensando “maldito el día en el que viniera Juego de Tronos a rodar aquí el Desembarco de Daenerys”.

Pero en general creo que sí que existen muchas oportunidades en torno al turismo de pantalla. Estoy pensando, por ejemplo, en Almería, que es un territorio de cine desde hace muchas décadas y que está lejos de la perfección, pero que hay muchas iniciativas que sí que parten de los propios vecinos y de los propios almerienses y que buscan aprovechar ese turismo de cine.

O, por ejemplo, también me viene a la cabeza el caso de Burgos de Santo Domingo de Silos, porque cerca está el cementerio de Sad Hill, donde se rodó el final de “El Bueno, el Feo y el Malo”. Ese escenario fue recuperado por los propios vecinos y ahora se ha convertido en un lugar turístico gracias a una iniciativa popular.

Pues has hecho un repaso de muchísimas cosas que están super incorporadas en nuestro discurso y veo que desde The Travelling Set coincidimos en esa visión de lo que es turismo de pantalla. Pero por conocer un poquito más cómo abordaste el proyecto de tu libro, ¿nos podrías contar cómo surge la idea?

Pues lo recibí como un encargo y pensé: vale, ¿por dónde empiezo?

En principio el libro iba a formar parte de una colección dentro de GeoPlaneta, de la editorial, que son libros mucho más pequeños, más cortitos y más prácticos. Se trata de guías prácticas tipo España de camping o España en bicicleta… pues esto tenía que ser España a través de una cámara o algo así. ¿Qué pasó? Que empecé a trabajar en el tema y me volví loca, me metí por el agujero de gusano y terminé escribiendo un libro de 400 páginas.

La editorial me ha dejado muchísima libertad y me han permitido escribir de lo que yo quiera. Claro, yo creo que a la hora de plantearlo, la idea que se te viene al principio a la cabeza es que lo más fácil sería ordenar este libro por comunidades autónomas o por provincias o por regiones. Pero yo no quería hacer eso. En primer lugar, porque venía de escribir un libro que se llama Manual de Supervivencia para Viajar por España, donde ya había hecho eso, que es un libro organizado por comunidades autónomas con los consejos sobre esa región que te daría un local. Incluía contenido que van más allá de recomendar los lugares más turísticos, sino que venía cargado de información, curiosidades o sugerencias como saber que la cerveza en un lugar se llama quinto o se llama caña o se llama Garrafón… o los de este pueblo están enemistados con los de este… o que esa construcción que vemos es un hórreo o una batea o una flor de la carlincha en Aragón. Bueno, estas cosas. Entonces, como ya venía de hacer eso, no quería repetir el formato porque si lo organizaba por comunidades la persona que es de Andalucía o de Cuenca o de Huesca va a ir a su capítulo y ya está. Y yo quería hablar de algo más, no quería hablar simplemente de las localizaciones, de aquí se ha rodado esta película o esta serie, sino que me interesaba ir más allá. Quería mostrar lo que quiere decir que se haya rodado ahí una serie o una película y qué es lo que implica que la cámara se fije en unas cosas y no en otras.

Entonces, lo que hice fue vertebrarlo en torno a temas, ejes temáticos, la verdad, los que a mí me ha parecido y me ha dado la gana. Sabía que había ciertos temas que sí que tenían que estar porque en cada territorio hay cuestiones determinadas que tienen mucha importancia. Por ejemplo, en el caso del cine quinqui el paisaje, en este caso, urbano y suburbial tiene mucho peso y sabía que eso tenía que estar. Pero luego, por ejemplo, me zambullí en otras perspectivas, como el cine rural y no rural, que también es una constante a lo largo de la historia del cine español. Por otro lado he dedicado más espacio a Almería, sí que es la única provincia, que tiene un capítulo propio, bueno, por el peso del cine. Luego hay otros momentos que están más centrados, por ejemplo, en viviendas, en casas y mansiones, donde sale mucho la Costa Cantábrica y el País Vasco, Cantabria, Asturias. Pienso que al final lo que he terminado haciendo es una especie de historia de cine español, incluso una historia de España. El cine español, el cine existe desde principios de finales del XIX, principios del XX, pero permite explicar también otras épocas y es muy interesante para ver el desarrollo y el cambio de la sociedad y del paisaje.

El otro día hablaba de la película En un lugar de la Manga, que está rodada en la manga del Mar Menor en 1970. Ves ese paisaje de la manga del Mar Menor en Murcia, cómo estaba y cómo está hoy, y es que no eres capaz de reconocerlo. Sale también en una película de Julio Iglesias, en La vida sigue igual, y dices, pero estas playas, este desierto, ¿cómo es posible? Porque el tiempo ha transformado la fisonomía de esos lugares. Y me interesa mucho ver el cambio y ver también cómo esas películas reflejan una voluntad acorde a sus tiempos. En este caso se trataba de una voluntad de construir, edificar y transformar para siempre esa zona del litoral.

Esa mirada de cómo el cine o la audiovisual te muestra también la transformación de los paisajes y de los territorios es muy interesante. Cuéntanos más.

Lo es y hay películas donde se nota muchísimo. Hablo de películas como La salida de Misa de 12 del Pilar de Zaragoza, y hay también algunas menciones a cine mudo, películas de los años 30, de los años 40. Se ve la transformación de las ciudades, de los pueblos, hay lugares que están irreconocibles. Por ejemplo, hay un momento en el que hablo del crimen de Cuenca. El crimen de Cuenca es una película rodada en los 70, pero ambientada en los años 30, me parece, y en los pueblos en los que se rodó no se habían transformado prácticamente nada en 40 años, desde los años 30 hasta los años 70. Es algo que resulta increíble.

En cambio, existe un documental más actual que se llama Regresa el Cepa, que trata sobre el rodaje de El crimen de Cuenca. En el mismo te das cuenta de que ya no serías  capaz de reconocer esos pueblos. Es decir, que han cambiado más en los últimos 30 años que en los 40 o 50 anteriores. Las casas, la forma en la que están construidas, cómo los pueblos están alcantarillados… y sobre todo la construcción, la forma de las casas y cómo han ganado en confort. Probablemente hayan perdido en encanto, que es lo que buscamos como turistas, pero se han transformado muchísimo a favor de esas comodidades de la vida moderna.

Lo que comentas me hace pensar que el cine es como un patrimonio compartido común, que nos permite ver esa transformación, y el análisis que tú haces es una reflexión súper interesante. Entonces, deduzco que cuando tú te pones a escribir, el trabajo previo de documentación es una tarea inmensa. ¿Cuánto tiempo te has llevado? ¿Con qué fuentes has contado para hacerlo?

Me he dedicada de forma no exclusiva al proyecto, pero ha supuesto para mí más o menos un año de trabajo. Este libro ya estaba terminado hace unos meses. Ha salido ahora, pero igual para mayo o abril ya se hubiera podido terminar. 

La principal dificultad fue decidir los temas. Algunos, ya te digo que tenía claro desde el principio que debían estar, como un capítulo dedicado al cine quinqui o al cine rural. Hay otros que me los fui encontrando por el camino.

Hay uno que se llama ¿Quién vive aquí? que es sobre casas de ensueño o de pesadilla. También está el capítulo dedicado al cine de barrio, por ejemplo, al cine popular del franquismo, que es una parte bastante importante de la producción audiovisual del país, aunque hoy en día esté bastante olvidada. Precisamente por eso decidí que tenía que haber un capítulo sobre esto.

Respecto a las fuentes, he leído y consultado muchos libros, he leído muchos artículos en prensa, en internet… porque esto es verdad que los últimos años muchos periódicos, sobre todo locales, han dedicado artículos a esta temática. He tirado mucho de archivo de RTVE, de Flix Olé, de Filming. Asimismo, a menudo me he puesto directamente a mirar la película y buscar en los créditos, donde muchas veces aparecen citadas las localizaciones. A partir de ahí intentaba descifrar qué lugares de esa ciudad había visto, de qué calle se trataba, etc. Hay algunos lugares, por ejemplo, en Madrid, existe una página oficial donde sí que están todas las localizaciones, a veces incluso con calles y direcciones concretas de las películas rodadas ahí, pero en otros sitios es mucho más complicado.

En Madrid la Madrid Film Office tiene una web donde pude encontrar mucha información.

Edificio Metropoli, Gran vía – Madrid, Spain, Madrid, España / Jorge Fernández Salas.

Pensando en el lector, ¿es un libro para leerse el tirón, o para tenerlo un poco como de guía?

Yo creo que es un libro para tenerlo un poquito de guía, porque ahora, por supuesto, a toro pasado lo veo y digo, esto es demasiado, es demasiada información. Creo que, si te lo lees del tirón, que se puede leer, pues uno termina un poco agotado y abrumado.

Mucha gente me está diciendo que no es capaz de leerlo del tirón porque todo el rato está consultando en el móvil cuál es tal película, cómo es el póster, o buscando una dirección concreta en Google Maps que aparece citada y mencionada. Estoy todo el rato apuntándome cosas, referencias y haciéndome una lista de películas. Y creo que también un poco ahí está la gracia, que es un libro que invite a ver series, a ver películas y a viajar un poco. Creo que una de sus virtudes es que muchas veces pensamos, bueno, pues para hacer turismo de pantalla hay que irse a la Plaza de España de Sevilla, o a Barcelona o a Madrid, pero realmente si vas al índice final seguramente encontrarás que a un paso de tu casa o a 50 kilómetros como mucho, hay algún pueblo o alguna ciudad donde se han rodado un montón de películas y que sin salir de tu provincia o tu comarca incluso encuentras un montón de localizaciones para hacer turismo y alejadas también de los típicos títulos. Todos pensamos en Historias del Kronen, en el puente sobre la castellana, en Vicky Cristina Barcelona, en Juego de tronos o en Star Wars en Sevilla.

Todos pensamos en estos típicos títulos, pero hay muchísimos otros en cantidad de pueblos de todas las épocas y creo que esa es la gracia también.

Y luego creo que es un libro también mucho para consultar, si te interesa el cine, que es mucho para consultar de ¿qué es lo que aparecía aquí? o si vas a ir de viaje a un sitio y decir, vamos a echar un vistazo a ver qué serie se ha rodado aquí. 

 

Actualmente, con el boom de consumo de audiovisual a través de las plataformas hay muchos contenidos, muy variados para todos los gustos, pero también a nivel de calidad hay de todo ¿qué opinas al respecto?

A nivel de calidad hay de todo. Y en términos de diversificar los lugares de rodaje yo creo que las plataformas están rodando mucho fuera de Madrid y de Barcelona. Por ejemplo, en el País Vasco se está produciendo muchísimo. También en Galicia y en Canarias. 

Quizá también que hoy en día tenemos una visión un poco sesgada del pasado, pero es verdad que ahora mismo se produce más que nunca, aunque muchas veces la calidad, sea media baja. Pero es lógico, porque por una cuestión simplemente matemática, si hay mucha producción, es más probable encontrar más contenido mediocre. Pero bueno, sigue habiendo cosas muy interesantes…y sí que creo que una cosa buena y relevante el hecho de que, gracias a las plataformas, estamos viendo escenarios que se salen de lo más típico y tópico.

Sin embargo, habría que echar una mirada atrás porque, por ejemplo, en los años 70, durante la transición, existió por parte de televisión española una intención de hacer cosas distintas. Era la única televisión que había y se quiso salir también del típico paisaje español, entendiendo como tal a Madrid, Andalucía, y las dos Castillas. Por eso se rodaron series fuera de esos lugares comunes. En esa línea se produce en Cataluña la saga de Los Rius, se rueda La Barraca y Cañas y Barro en la Albufera de Valencia, se viene a Galicia a rodar Los gozos y las sombras… se hacen una serie de adaptaciones de obras literarias del siglo XIX, con el propósito explícito de explorar nuevos paisajes. En definitiva, que en el nuevo país que se estaba construyendo tras la muerte de Franco, se pretendía que apareciesen reflejadas otro tipo de realidades, a través de un medio tan masivo como es la televisión. Y eso llega hasta los años 90, cuando se rueda La Regenta en Oviedo, en Asturias. Así que esto que hacen ahora Netflix, ya lo puso en marcha Radio Televisión Española en los 70 y 80.

Tengo la sensación de que, a través de tu libro, también se aprende sobre la historia del cine, que provoca una mirada hacia atrás muy interesante.

Fíjate, yo creo que tal vez incluso haya poco contenido que referencie las producciones actuales. Y es que me he dado cuenta de lo que comentaba antes. Aunque ahora se produce muchísimo no hay productos relevantes que pasen a nuestros recuerdos, sobre todo a nivel de localizaciones.

A mí lo que me interesa son los lugares en los que el territorio tiene un peso, en los que el espacio y el territorio conectan con la realidad de ese lugar. A mí me gustan las películas y las series en las que el espacio tiene peso. Estoy pensando, yo que sé, un producto tan popular como Verano Azul. Pues sí, es Nerja y cuando la ves te lleva a Nerja, no a otro lugar o a uno que no existe. En los documentales, esto se ve muy claro, en Las Hurdes, tierra sin pan, de Buñuel, identificas claramente lo que estás viendo. Además, el territorio de Las Hurdes tiene todavía una relación un poco ambivalente con este documental porque claro, los convirtió en depositarios de la miseria y la pobreza de toda España. Todavía hoy, 90 años después de que rodara, existe como una sensación de orgullo de formar parte de una película de uno de los mejores directores de la historia del cine, pero a la vez, no gusta que se identifique aún con esa pobreza. 

Por otro lado hay historias que se pueden rodar en muchos sitios, pero hay algunas historias que solo se pueden rodar en un sitio concreto. No me refiero solo a un sitio concreto con nombre y apellido, sino que tienen que ser en un pueblo castellano o en una playa del Mediterráneo o en un bosque frondoso… Los directores o el equipo de producción buscaban algo concreto y tiene que rodarse ahí. En muchos casos hay historias que reflejan la idiosincrasia del territorio, claro, porque están vinculadas, por ejemplo, a personajes que sí que vivieron ahí. Esto pasa mucho en Andalucía, que existe mucho con las películas estas del folclore y que se ruedan por siempre en Sevilla, Granada, Málaga, todos estos lugares. O también sucede, por ejemplo, con el cine turístico, el cine turístico, el del del Franquismo. Se rodaba en Marbella, Torremolinos, Benidorm, la Costa del Sol, en general y es muy interesante porque esas películas que son consideradas como de baja calidad, pero realmente que hacen un reflejo de cómo el país se estaba transformando y a la vez funcionan como una aspiración para el espectador. El espectador dice, veo estas películas y yo quiero ir allí a divertirme, a pasármelo bien y a tomar el sol. Y son películas que a mí me llaman mucho la atención por muchos detalles. En todas hay un montaje muy rápido, muy picado, con música de la construcción. Hay una especie de fascinación por el desarrollismo, por cómo esas calles de pueblecitos encaladas en las que van los burros por la calle se transforman en edificios de 15 alturas, hoteles y resorts. Y en ese sentido son películas que, igual cinematográficamente no tienen un valor como los grandes dramas de la época, pero que son superinteresantes para ver con esa mirada de contexto social.

¿Hablas de todas estas reflexiones en el libro?

Sí, claro. En el capítulo El Turismo es un gran invento aparece. Va de eso, va de un pueblo que, bueno, un pueblo de ficción, de Aragón, pero que está rodado en las afueras de Madrid y que envían a lo que quieren es construir la costa, la costa aragonesa ellos, tener su propia costa azul y envían a los vecinos a Marbella a documentarse y a ver cómo se construye el turismo. Y la película termina con que van a visitar a Fraga y consiguen la promesa de que les van a poner un parador. Entonces es, o sea, todo redondito y perfecto. Claro, es que son películas que te dan el discurso ya hecho, o sea, que ya te saca la moraleja.

Menorca, España / Pelayo Arbués.

Por ejemplo, cuando hablamos de esto del tema aspiracional, hay casos en que puede funcionar incluso con spots publicitarios, el caso de Mediterráneamente del anuncio de Damm, por ejemplo.

Aparece en el libro, sí, sí. 

Fíjate, ahí con los spots publicitarios hay muchas cosas que contar.  Me has hecho pensar en un caso, es una anécdota, pero Spielberg terminó rodando El Imperio del Sol en Trebujena, en Andalucía, porque buscaban un paisaje que tuviese un atardecer especial. Se supone que están en China, creo, pero un paisaje como con unas marismas y, sobre todo, que tuviese un atardecer increíble con el sol poniéndose. Y lo encontraron en un anuncio de aceite de oliva, que se había rodado en Trebujena. 

Y el caso de Mediterráneamente aparece, efectivamente, Menorca, Formentera, todos estos paisajes…Esos anuncios de Estrella Damm también generaron un interés turístico, por supuesto. í.

Otro caso que me viene a la cabeza es el de Formentera, por Lucía y el sexo, ya que a través esa película mucha gente descubrió la isla y el faro. Y todo el mundo recuerda perfectamente esa imagen del faro, Paz Vega y la luz de Formentera.

Más cosas. ¿Crees que es un libro para todos públicos o solo para cinéfilos?

Creo que te tiene que gustar un poquito el cine. Creo que te tiene que interesar un poquito el tema. Pero creo que hay tantas anécdotas, tantas historias y tanto cotilleo que, aunque tú vayas buscando solo la parte turística una cosa te va llevando a la otra. Creo que empiezas a buscar las localizaciones que a ti te interesan y te atrapa, porque una cosa te va llevando a la otra y seguramente acabarás enganchado sin darte cuenta.

Vamos acabando ¿cuál es para ti el capítulo más divertido?

El capítulo más divertido, a ver, yo el primero que he incluido, que es Americanos, os recibimos con alegría, es una película sobre el desembarco de Hollywood en España, entonces me parece muy interesante, muy redondito contar ese Hollywood de los años 50, de los años 60. Es la época en la que llegan Ava Gadner, Elizabeth Taylor, Charlton Heston, las películas de Samuel Bronston… todos estos grandes nombres acaban desembarcando en España y provocan cosas increíbles. Una anécdota en esa línea es que la hija de Samuel Bronston, cuando su padre se arruinó, ella no quería marcharse de España y se quedó a vivir en casa de los Dominguín-Bosé. Luego terminó siendo corista y novia de Camilo Sesto en esa época. O de repente descubres que Adolfo Suárez estuvo haciendo de extra en Ávila durante el rodaje de Orgullo y Pasión o que Miguel Delibes también fue extra de un rodaje para una escena una fiesta de carnaval (en la época en la que los carnavales estaban prohibidos en España).

En conjunto creo que ese primer capítulo es uno de los más fáciles de leer y más gustosos por su cantidad de anécdotas, pero luego me gusta mucho también el del turismo, el de cine rural y de ayer y de hoy…En el de Cine de Barrio hablo de las películas de Marisol y de Joselito, de Manolo Escobar, de Sara Montiel, todo ese tipo de cine del ayer, de Concha Velasco y creo que ha quedado también muy apetecible. 

Bueno, es que me gustan todos y me costaría elegir. 

No sé si después te había planteado la pregunta de si un extranjero quisiese visitar España, ¿qué capítulo le recomendarías o crees que es un libro para gente de aquí?

Quizás sí. Es un libro para gente de aquí, pero precisamente la semana que viene voy a ir a la Escuela Oficial de idiomas en Madrid y tengo que dar una charla para estudiantes extranjeros de español. O sea, voy a dar dos charlas, una genérica para estudiantes de otros idiomas, pero también para estudiantes extranjeros de español. En concreto voy a hablar del capítulo de Hollywood porque me parece que por ahí se puede enganchar bien.

Por otro lado, también me gustaría decir que, por ejemplo, todas estas iniciativas que se llevaron a cabo, en este caso desde el Franquismo para conseguir que productores extranjeros viniesen a rodar a España, a día de hoy las está llevando a cabo Tourespaña. A través de ellos se está consiguiendo que lleguen rodajes de películas de Bollywood o de Corea del Sur, con el objetivo de promocionar a España como destino turístico en la India o en Corea del Sur. O sea, que todas estas iniciativas siguen funcionando y no han caducado en absoluto.


Acabamos de lanzar el proyecto “Pueblos de película”, que reúne a municipios con un legado fílmico que provoca interés turístico. ¿Cuál sería tu pueblo de película favorito? 

A ver, mira, yo he estado hace poco en Teruel y me interesa mucho lo que están haciendo en el pueblo turolense donde se rodó Tierra y Libertad, de Ken Loach, que organizan rutas sobre la película. Organizan de vez en cuando visionados e intentan levantar un poquito la memoria de ese rodaje en el pueblo. 

También son muy famosos los pueblos albaceteños donde se rodó Amanece que no es poco o La vaquilla, en Sos del Rey Católico (Aragón). Bueno, he descubierto que hay muchos pueblos que sí que tiran del patrimonio cultural mediante el legado fílmico, ya sea mediante plaquitas que te van indicando los rodajes que han acogido o con estatuas honoríficas. Hay un pueblo de Andalucía que tiene una estatua a Joselito porque allí se rodó Saeta del Ruiseñor. Todo este tipo de cosas están por todas partes. Pero, como decía al principio, me gusta mucho el pueblo de Tierra y Libertad

Es que tienes que leer el libro porque hay millones y millones de historias como la de Sean Connery, que se termina viniendo a vivir a Marbella, a una urbanización que luego resulta que estaba implicada en el caso Malaya. Era una de las pruebas de la corrupción del ayuntamiento de Marbella. 

Y luego, como siempre en Almería, con Tabernas o Los Albaricoques, que es donde se rodaron las películas de Clint Eastwood que tienen calle, Clint Eastwood, calle, Lee Van Cleef y que está bastante estudiado el tema. Es curioso porque Los Albaricoques en La muerte tenía un precio, en la ficción, se llama Aguascalientes. Es que el caso de Almería es muy reseñable porque cuando Ridley Scott rodó allí Exodus, con las cifras del impacto del rodaje, el presidente de la Andalucía Film Commission fue a Cristóbal Montoro y le presentó los números para que Hacienda ayudase con las excenciones fiscales e incentivos. Gracias a ello Juego de Tronos vino a rodar a España y no solamente a Andalucía, sino a otros muchos sitios de España. 

Y ya para acabar, entiendo que tú te consideras una turista de pantalla, ¿no? 

Claro, total.

Yo esto lo he visto mucho, fíjate, los últimos años varios amigos míos que han ido a Cremona, a la zona norte de Italia a raíz de Call me by your name y que se han hecho específicamente una ruta Call me by your name formada por ellos mismos en el norte de Italia a raíz de ver la película. Sin embargo, lo más normal es, efectivamente, estar haciendo turismo en un sitio y que te digan, aquí se rodó tal sitio, aquí se rodó tal otra. Mira, yo recuerdo precisamente estar en Comillas (Cantabria) y pensar qué casa tan increíble es esa y verla desde el cementerio y era la casa del Duque de Almodóvar del Río. Me sonaba mucho y recordé que había salido en una película que no es nada conocida, se llama La Herencia Valdemar. Y luego un recuerdo que tengo es de pequeña en Pontevedra ver el rodaje del final de La Lengua de las Mariposas. La escena final en la que se llevan detenido al maestro y que interpretaba Fernando Fernán Gómez. Yo tengo en mi memoria ese rodaje y ver la escena y a Fernando Fernán Gómez allí, entre el grupo de vecinos, en una plaza muy turística de Pontevedra que es la Plaza de La Leña. Y luego, cuando veo la película rememorar cómo presencié el rodaje de esa escena, con un Fernando Fernán Gómez vestido con su traje, pero con zapatillas de deporte, porque eso no se veía en pantalla.