Tossa de Mar, dónde el recuerdo de Ava Gadner cobra vida
Tossa de Mar

Dentro del espectacular área geográfica de la Costa Brava queremos poner nuestra mirada en una de sus joyas más rutilantes, Tossa de Mar. Así lo hicieron otros antaño, como el pintor Marc Chagall al bautizarla como “Paraíso azul”, o el cineasta Albert Lewin, quien escogió esta localidad para rodar en 1951 “Pandora y el holandés errante”. Esta superproducción, estrenada  por la entonces todo poderosa Metro Goldwin Mayer, contaba con un reparto de lujo, encabezado por la inolvidable Ava Gadner. 

El impacto de estrellas de Hollywood en su máximo apogeo, como la citada Ava Gadner o su coprotagonista James Mason causó sensación en la época y aún hoy se siente su legado. Además, alguna otra celebridad llegó a este precioso pueblo costero “arrastrada” por el magnetismo de la exuberante actriz norteamericana, como fue el caso de Frank Sinatra. Por todo ello, fue de tal envergadura el impacto de esta producción en el municipio, que aún hoy se conservan vestigios del rodaje, como la estatua de serena belleza de Ava Gadner, ubicada en la zona de muralla de la Vila Vella.

Caminando entre muros y miradores, parando en sus calas como aves de paso hacia otras latitudes, con la música del Mediterráneo siempre de fondo, no cuesta entender la elección de Tossa de Mar como escenario de película, o inspiración de pintores y poetas. 

Tossa de Mar se llama “Esperanza” en la película; y los escenarios principales de rodaje escogidos por Lewin fueron: La Playa Grande, que otorga esa silueta inconfundible al recinto de la villa; la Mar Menuda, dentro de la misma bahía de Tossa; la cala d´Es Codolar, a los pies de la muralla y torre medieval, donde tenían sus barcos los pescadores del barrio de Sa Roqueta, todavía hoy plagado de casas humildes; las torres de la Muralla, último vestigio de población medieval fortificada conservado en Cataluña; y la iglesia de Sant Vicenç, joya del neoclásico. 

Además no podemos rendir visita a esta espectacular villa y solo disfrutar de su vinculación con “el animal más hermoso del mundo”, por mucho que siga señoreándose desde sus alturas. Todo el casco antiguo, la Vila Vella, es un precioso monumento de callejuelas estrechas con pavimento de canto rodado, que merecen un paseo reposado.  A poca distancia  tenemos el Museo Municipal, con interesantes muestras de arte y arqueología, la Torre de los Moros, desde la que se ejercían funciones de defensa ante los ataques piratas;  y en la parte más alta el Faro de Tossa, con el proyecto museístico “Un siglo de señales marítimas en la Costa Brava. 

Fuera de la muralla,  si nos acercamos al citado barrio de pescadores de Sa Roqueta, podemos visitar el museo de la Mujer, con diferentes ámbitos en los que se muestran tareas específicas de las mujeres de los pescadores.  De ahí, podemos acercarnos a la avenida del Pelegrí, donde deleitarnos con los restos muy bien conservados de la Villa Romana dels Ametllers, (de entre I aC. y V dC.), y regresar con la imaginación a la Turissa romana (nuestra Tossa) de la antigua provincia de Tarraco.

 Y si vamos poniendo algo de distancia, el municipio cuenta con unas quince calas de auténtico sabor mediterráneo. Asimismo, es una delicia pasear por sus caminos de ronda, de entre 3 y 6 kilómetros, estrechos senderos que transitan por lugares expuestos en los acantilados, comunicando algunas de estas playitas. 

Hacia el interior, muy cerquita, el macizo de les Cadiretes, con su cota más alta en el Puig de Cadiretes (519 metros), ideal para los amantes del senderismo y las rutas de BTT. Y a unos 15 kilómetros de Tossa, merece la pena acercarnos al Santuario de Sant Grau y palpar la leyenda de unas reliquias de San Gerardo, que la madre de don Jaime I el Conquistador negoció por aquellos lares.

De vuelta a la localidad, llevamos nuestros pasos hasta el monumento de bronce con eterna mirada hacia donde regresan las olas. Ava Gadner llegó a Tossa de Mar con 29 años y se quedó para siempre como reclamo turístico internacional. Sin embargo, antes de despedirnos de ella debemos pasar por los fogones de la tierra, únicos como los de todos los destinos que se precien. Por eso, para saborear Tossa de Mar, no debemos pasar por alto pasar por alto las picadas o majados con chocolate que se añaden a algunas recetas, como los calamares rellenos con albóndigas al estilo de Tossa.  Otro imprescindible son los guisos marineros, especialmente el “cim i tomba”, traducido tal vez de manera peregrina como “receta de la Cima y tumba”. Aunque admite diferentes elaboraciones, en todas ellas es protagonista el pescado de roca. Un guiso que transmite a nuestro paladar la esencia de sus orígenes, cuando los pescadores los preparaban en sus barcas en las largas jornadas de faena en el mar. 

Por último, señalar dos recientes hitos cinematográficos que no hacen más que reforzar la reputación de Tossa de Mar como pueblo de película. Por un lado, La «leyenda del mar azul», una serie de televisión surcoreana que fue parcialmente filmada en esta localidad, específicamente en la zona de la antigua muralla y el castillo medieval de la ciudad. Estas localizaciones son famosas por su belleza y sirvieron como escenario para la historia de amor de la serie. Como resultado, Tossa de Mar ha visto un aumento en las visitas turísticas y la oferta de recorridos temáticos basados en las escenas rodadas allí. Por otro lado, Tossa de Mar fue también una de las localizaciones donde se rodó el especial de la serie británica The Split, titulado “The Split: Barcelona” y estrenado en 2025.

 

Y con la memoria cargada de nuevos recuerdos y el mejor sabor de boca, ya podemos regresar a la muralla para echar un último vistazo. Así, os invitamos a acercaros como capitán de barco a su mascarón de proa y decir a la diva hasta la vista para, tal vez de vuelta a casa, volver a visionar “Pandora y el holandés errante”.

 

Nuestros TIPS:

  • Durante 2025 se están realizando visitas guiadas por los escenarios de “Pandora y el holandés errante” en conmemoración de los 75 años de su filmación.
  • Recorre las callejuelas de la Vila Vella, asómate a su muralla y disfruta de las vistas de sus principales calas, que se pueden ver en la película.
  • No te pierdas las visitas al Faro de Tossa y al Museo de la Mujer, y entrarás en contacto con la esencia del Mar Mediterráneo
  • Disfruta de las numerosas calas del municipio, algunas muy solitarias, y de preciosos paseos entre sus acantilados por los caminos de ronda.
  • Reparte tu atención entre los muros de la iglesia de Sant Vicenç y las piedras de la Villa Romana dels Ametllers.
  • Deléitate con los guisos marineros específicos de Tossa de Mar en los numerosos establecimientos que preparan estas elaboraciones con cariño y respeto por la tradición.
  • No dejes de saludar al homenaje en bronce de una de las actrices más grandes de todos los tiempos.