En el corazón de la provincia de Burgos, entre valles silenciosos y colinas doradas, se encuentra Santo Domingo de Silos, un lugar con siglos de espiritualidad y arte, y donde el séptimo arte encontró un rincón para hacerse eterno.
Su monasterio benedictino, joya indiscutible del románico castellano, guarda en su claustro columnas gemelas y el misterio de sus capiteles. Allí, los monjes entonan desde hace siglos los cantos gregorianos que hicieron célebre a Silos en el mundo entero.
Pero Silos también se asocia a otro tipo de leyenda: la del western más famoso del cine europeo, El bueno, el feo y el malo. A pocos kilómetros, en el valle de Mirandilla, se construyó en 1966 el cementerio de Sad Hill, donde Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Cleef protagonizaron su duelo inmortal. Décadas después, aquel lugar olvidado fue resucitado por un grupo de vecinos y cinéfilos, devolviendo al paisaje su magia y convirtiéndolo en un auténtico santuario del cine.
Hoy, el visitante puede recorrer ambos mundos: la espiritualidad del claustro y la épica del desierto castellano. Dos formas de eternidad que conviven en un mismo lugar, uniendo el alma y el celuloide bajo la misma luz.
Además podemos destacar en esta tierra los asados castellanos, el queso de oveja y el vino de la Ribera del Arlanza son compañeros perfectos para cerrar una jornada en Silos, donde el tiempo parece haberse detenido.
Nuestros TIPS:
- Visita el Monasterio de Santo Domingo de Silos, su claustro románico y las misas con canto gregoriano.
- No te pierdas el cementerio de Sad Hill, uno de los escenarios más icónicos del cine mundial.
- Disfruta del Museo de Santo Domingo de Silos y del paseo por el pueblo, con sus casas de piedra y balcones floridos.
- Saborea la gastronomía local: cordero asado, morcilla burgalesa y queso de Silos, acompañados de vino de la zona.
