Cuando hablamos de este tipo de relatos (los llamados “negros”) seguramente nos vienen a la cabeza unos cuantos autores y personajes literarios: Conan Doyle y Sherlock Holmes, Dashiell Hammet y Sam Spade o Raymond Chandler y Philip Marlowe. Todas las novelas escritas por estos autores tienen en común que la resolución de un misterio (casi siempre un asesinato) no es más que una excusa para conocer a una galería de personajes extraordinarios, caracterizados por su ambigüedad moral, y el ambiente de la sociedad, época y país en el que se mueven.
La novela negra tiene mucho en común con la novela policíaca -un género que nació en el siglo XIX a partir de algunos relatos de Edgar Allan Poe- pero se distingue de ésta última en que, en estos casos, las tramas no son tan truculentas ni sus protagonistas tan decadentes. Entre los principales representantes de esta llamada “novela enigma”, estarían la gran Agatha Christie con Poirot y Marple, Georges Simenon con Maigret o Donna Leon con Brunetti.
Si el policiaco, el thriller y la novela negra han tenido siempre millones de adeptos, es bien cierto que, en los últimos 20 años, el boom de escritores dedicados especialmente a la novela negra se ha disparado. Sin olvidar a clásicos como Patricia Highsmith o Henning Mankel, las series creadas por Camilla Lackberg, Stieg Larsson, Jo Nesbo y Robert Galbraith (pseudónimo de J.K. Rowling), han llevado el concepto de “negro” un paso más allá.
Elizondo, Navarra, escenario de la Trilogía del Baztán de Dolores Redondo / Max Selgas
En España, con una última generación de escritores best sellers, no andamos a la zaga de cualquiera de los personajes y tramas de los nórdicos (auténticos “cracks” en la materia). Desde las súper ventas Dolores Redondo y Eva García Saenz de Urturi hasta los inquietantes Juan Gómez Jurado y César Pérez-Gellida, pasando por el maestro Lorenzo Silva, el fenómeno de la novela negra en España está en lo más alto del panorama internacional.
Cine negro: un género que no pasa de moda
Aunque es difícil obviar la imagen de Humphrey Bogart como Philip Marlowe y Sam Spade (los encarnó a los dos) en las atmósferas sórdidas de la California de los 50, rodeado de mujeres fatales, periodistas curiosos, políticos corruptos y polis amigos, no todo en el cine negro han sido gabardinas y borsalinos.
En España se produjeron un puñado de cintas también en los años 50. Las primeras películas se rodaron en Barcelona, y mostraban algunos temas entonces tabús, como la corrupción policial o la resistencia al franquismo. Muchas de estas películas nada tienen que envidiar al cine negro americano o al noir francés. Ya en los 70, Vázquez Montalbán nos regaló a ese Pepe Carvalho que fue, probablemente, el primer gran personaje del noir hispano.
Visto que la novela negra seguía siendo un filón y que la mayor parte de ellas parecen ya un guión de cine, casi todos los libros más vendidos de los últimos años han tenido su versión en la pantalla. A veces, en formato serie, y otras, en versión extendida a película.
Empezando por el ya nombrado Pepe Carvalho, ¿quién no recuerda a ese Eusebio Poncela en el Raval barcelonés? La serie, dirigida por Adolfo Aristarain en 1986, sigue siendo un clásico para los amantes del género. La demostración de que los buenos personajes nunca mueren es que, en 1999, Juanjo Puigcorbé fue el elegido para protagonizar una nueva serie de Pepe Carvalho.
Las calles del Raval, en Barcelona, escenario de las aventuras de Pepe Carvalho/ Agatha Selgas
El siguiente gran personaje del género negro en llegar a la pantalla fue el sargento Bevilacqua (con la fiel Chamorro, por supuesto). “El alquimista impaciente” (Patricia Ferreira, 2002) y “La niebla y la doncella” (Andrés Koppel, 2017) son, hasta el momento, las únicas novelas de la serie que han llegado al cine. Puesto que el universo creado por Lorenzo Silva tiene más de una veintena de títulos, es posible que aún veamos más adaptaciones a la pantalla.
Del inolvidable Domingo Villar sólo se llevó a la pantalla “La playa de los ahogados” (Gerardo Herrero, 2015). Muchos aficionados del género esperamos impacientes que haya versiones de sus otras dos obras.
Pero quizás fue la primera película de la Trilogía del Baztán de Dolores Redondo, “El guardián invisible” (Fernando González Molina, 2017), la que dio el pistoletazo de salida a la producción de series basadas en novela negra de los últimos años. Con “Legado en los huesos” (2019) y “Ofrenda a la tormenta” (2020) se completó la saga de Redondo, quien, por cierto, ha vendido los derechos de “Esperando el diluvio” y “La cara norte del corazón” para televisión.
Mientras llega lo último de Redondo, otra autora vasca que ha visto su novela llevada al cine es Eva García. “El silencio de la ciudad blanca” (Daniel Calparsoro, 2019) es también un excelente ejemplo de novela negra- cine negro.
Hasta aquí, las películas basadas en novela negra de los últimos años. Ahora, parece ser el turno de las series. Con los estrenos, casi simultáneos, de “Memento mori” (Fran Parra, 2023) y “Reina roja” (Amaya Muruzábal, 2024), y la promesa de nuevas temporadas de ambas, no cabe duda de que el género negro español está en su mejor momento.
Aquí* puedes descubrir rutas y experiencias de ese noir hispánico que, como turista de pantalla que eres, te dejarán sin aliento.