Castillos y palacios de película
Alcázar de Segovia / Fuente: Unsplash
Miryam Tejada

Hay localizaciones que no necesitan efectos especiales. Torres recortadas contra cielos infinitos, salones en los que se detiene el tiempo, murallas que han visto más batallas reales que ficticias, fortalezas encaramadas en lo alto de un risco… Esos lugares convierten en épico cualquier relato, simplemente con su presencia, y solo hace falta una cámara para convertirlos en el mejor escenario de película. En España tenemos muchos, muchísimos…y aquí vamos a llevaros de viaje por algunos de ellos. 

En este artículo hemos reunido varios de estos castillos y palacios emblemáticos, que  han aparecido en films, series, superproducciones internacionales y anuncios virales para proporcionarte la mejor inspiración para tu próxima escapada. Desde ciudadelas que acogieron dragones y caminantes blancos hasta palacetes costeros donde se rodaron dramas románticos, pasando por una muralla que se ha transformado en varias ocasiones en un plató histórico. 

Así que prepara las maletas porque esta ruta es el sueño de cualquier turista de pantalla que quiera revivir todas esas aventuras que le han emocionado a través de la pantalla. O mejor dicho, los lugares donde la ficción y la historia se dan la mano para convertirnos en protagonistas.

Castillo de Zafra / Fuente: Canva

Castillo de Zafra, Guadalajara

En mitad de la nada, y eso ya es parte de su magia, sobre un peñasco rojizo en la Sierra de Caldereros, se alza el imponente Castillo de Zafra. Aunque quizá esta primera línea, a modo presentación, me la podía haber ahorrado, ya que sí eres fan de la mundialmente conocida serie Juego de Tronos esta fortaleza te resultará muy familiar. Los productores vieron que este bastión reunía las condiciones ideales para la historia inspirada en los libros de George R. Martin: un sitio aislado, sin poblaciones vecinas y un único protagonista, su impresionante estructura. 

Aquí se grabó una de las escenas más icónicas de la sexta temporada, cuando un joven Ned Stark va a rescatar a su hermana Lyanna, supuestamente secuestrada por Rhaegar Targaryen en la Torre de la Alegría. Allí la encuentra, agonizando tras haber dado a luz a un niño que, ¡oh sorpresa! (y atención spoiler si es que queda alguien en la faz de la tierra que aún no lo sepa), no es fruto de una violación de su captor, sino de un amor prohibido. Ese niño sería Jon Snow, que para liarla aún más, años después se enamoraría de Daenerys Targaryen, su tía. Todo un culebrón que Guadalajara no se quería perder. 

Los responsables de la serie quisieron que esta localización fuera un secreto hasta el final, y así fue. Aunque realmente no se sabe cómo lo hicieron, porque el equipo de rodaje que desembarcó en plena sierra hizo ruido, y mucho. Hasta allí se desplazaron 500 caballos y medio centenar de jinetes, quienes durante 11 días se movieron a sus anchas por estas tierras solitarias. 

Es cierto que HBO conquistó esta fortaleza aislada y la colocó en el mapa en 2016, pues gracias a su aparición en la serie las visitas a esta ubicación han aumentado. Según un estudio realizado por TripAdvisor, que analizaba el tráfico de visitantes de su web hacia las localizaciones del rodaje de la serie, el castillo de Zafra experimentó un incremento de visitas del 488%. Pero más allá de la ficción, este monumento histórico, de presencia altiva, encajado directamente en la roca, nunca pudo ser conquistado por medio de un ataque militar. Desde su torreón, la vista de la vasta llanura y el cielo abierto es sencillamente espectacular. Fue construido en el siglo XII como defensa de la frontera entre Castilla y Aragón, y a pesar de no tener grandes murallas como otros bastiones, resistió ataques y guerras durante siglos. Sus ruinas pasaron a manos privadas en 1971, cuando lo adquirió Antonio Sanz Polo en una subasta del Estado por poco más de 30.000 pesetas de la época. Antonio se encargó de reconstruirlo con sus manos y le devolvió a la vida a su castillo. Siguió unos esquemas que encontró en el archivo de Simancas hechos en la época de Felipe II, en los que se describen con detalle todas las ciudadelas de España. 

A día de hoy, muchos amantes del turismo de pantalla y fanáticos de la historia y la arquitectura medieval, llegan hasta el término municipal de Campillo de Dueñas, donde se encuentra el castillo, y se llevan una desilusión, ya que no se puede visitar su interior. El plan es admirarlo desde el exterior y recorrer los senderos que lo rodean para encontrar la mejor perspectiva. Eso sí, la sensación de soledad y grandiosidad te transporta directamente a la serie. 

A donde sí puedes entrar para sentirte uno más de la saga es al Molino del Batán, a las afueras del municipio de Molina de Aragón. Este antiguo molino harinero del siglo XIX y casa señorial acogió al equipo de rodaje de Juego de Tronos durante los días de grabación en Guadalajara. Así que, ya estás tardando en reservar. Además, desde el alojamiento se divisa una bonita panorámica del también castillo de Molina de Aragón. Y estás de suerte, porque este bastión sí se puede visitar. De hecho, es un lugar imprescindible de visita si vienes por esta zona. Así como la villa en sí, que cuenta con una gran riqueza monumental. Destaca el Monasterio de San Francisco, el Museo Comarcal de Molina de Aragón y, por supuesto, un paseo por el barrio judío, de gran belleza medieval, y el barrio de la morería al lado del río. Sobre éste cubre el paso el Puente Románico, símbolo del pueblo. Ah, y no dejes de acercarte a la pastelería El Manalongo para degustar y comprar sus famosas patas de vaca, unos dulces típicos que están riquísimos. 

Alcázar de Segovia / Fuente: Canva

Alcázar de Segovia – El castillo que inspiró a Disney

Si hubiera que elegir un castillo en España que parece sacado de un cuento de hadas, probablemente muchos señalaríamos sin dudarlo el Alcázar de Segovia. Con su silueta inconfundible, sus torres puntiagudas, su puente levadizo y su ubicación sobre un espolón rocoso, este monumento histórico no es solo uno de los bastiones más fotogénicos del mundo, sino también uno de los más cinematográficos. Y para los amantes del turismo de pantalla, uno de los imprescindibles. 

Este castillo medieval, construido en el siglo XII, fue inicialmente una fortaleza defensiva. Con el tiempo, se convirtió en residencia real, prisión, colegio de artillería… y hoy es uno de los lugares más visitados de Castilla y León. Pero lo que de verdad lo hace especial para los fans del cine y la animación es su estrecha relación con el universo Disney.

Cuenta la leyenda, y las fuentes históricas lo respaldan en buena medida, que en los años 30 Walt Disney, el pionero americano de la animación, realizó un viaje por Europa en busca de inspiración para sus películas. Cuando pasó por Segovia y contempló el Alcázar quedó completamente fascinado por su arquitectura, especialmente por sus torres redondeadas y su planta en forma de proa de barco, que parecían diseñadas para un cuento de hadas. Según se cuenta, incluso llegó a dibujar en una servilleta la silueta del castillo para recordarlo más tarde. Ahora los tiempos han cambiado e inmediatamente sacaríamos el móvil y haríamos mil y una fotos y vídeos desde perspectivas diferentes.

Fue en 1937 cuando Disney estrenó Blancanieves y los siete enanitos, su primer largometraje de animación y uno de los grandes clásicos del cine. Como buena millenial mi infancia se basó en pelis Disney y he de confesar que ésta era mi preferida, tanto que me la sabía de memoria. En la cinta, el castillo de la malvada madrastra guarda un asombroso parecido con el Alcázar de Segovia. Las similitudes son tantas que, aunque Disney nunca lo confirmara públicamente, los estudios sí lo han reconocido como una de las grandes inspiraciones de su historia animada más icónica.

Jugó bien sus cartas y nos hizo soñar con lugares que, al parecer, solo podían existir en sus películas y en las fábulas. No ha sido hasta 2023, coincidiendo con el 100º aniversario de la compañía, cuando se ha abierto la caja de pandora y ha revelado hasta 30 localizaciones más afamadas de sus films, entre ellas Blancanieves y el Alcázar. ¡Por fin! Este gesto no solo le puso en el mapa, sino que reivindicó su lugar como icono cultural para el turismo cinematográfico.

Pero hay más, en marzo de 2025, este monumento fue el escenario elegido por Disney para celebrar el lanzamiento en Europa de Blancanieves, la nueva película de acción real protagonizada por Rachel Zegler. La actriz, ganadora de un Globo de Oro por West Side Story, estuvo en la celebración e interpretó en directo la nueva canción original “Waiting on a Wish”. Este tipo de iniciativas son un regalo caído del cielo, que desde luego hay que aprovechar y trabajar en la huella que deja. Fue la promoción turística ideal para compartir con el mundo el carácter singular de la fortaleza y de toda la ciudad de Segovia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 

Imagen de la película Blancanieves 2025 (Fuente: The Walt Disney Studios).

Los datos hablan por sí solos, la difusión de este evento, celebrado únicamente en tres lugares del mundo: Tokio, Los Ángeles y Segovia, alcanzó los 8,2 millones de impresiones en redes sociales, lo que supone una audiencia potencial de 24 millones de usuarios. Asimismo, en prensa, radio y televisión se contabilizaron 152 apariciones, con una audiencia estimada de más de 31 millones de personas. Lo que significa un impacto muy positivo y una oportunidad de nicho de mercado para vincular la ciudad con el cine

A diferencia de otros escenarios cinematográficos que solo se pueden contemplar desde fuera, este está abierto al público y sus visitas son una experiencia tan mágica como inspiradora. Podrás recorrer sus salas y patios, visitar su museo, subir a la Torre de Juan II, recorrer sus jardines y asomarte a las murallas para contemplar una de las vistas más espectaculares de la ciudad, con los pinares y el río Eresma a tus pies. Y es aquí también donde podrás recrear la famosa escena en la que Blancanieves huye por las escaleras, porque en este castillo, de verdad, todo invita a sentirse dentro de un cuento. Además, la visita al Alcázar encaja a la perfección en una jornada completa en Segovia. Podrás pasear por su casco antiguo, contemplar su impresionante acueducto romano, perderte por sus calles empedradas y, por supuesto, probar el mejor cochinillo asado en el Mesón de Cándido, el restaurante más emblemático de Segovia. Mi recomendación, ¡reserva! Ahí lo dejo.

Palacio de la Magdalena / Fuente: Canva

Palacio de la Magdalena, Santander

Si eres amante de las series de época, probablemente hayas soñado alguna vez con perderte por los pasillos del lujoso hotel donde se desarrollaban los misterios, romances prohibidos y conspiraciones de la serie Gran Hotel. Pues bien, ese lugar existe, y no es un decorado. Está en Santander, frente al mar Cantábrico, y se llama Palacio de la Magdalena

Construido entre 1908 y 1912 como residencia de verano para la familia real española por encargo del rey Alfonso XIII, este palacio es uno de los edificios más elegantes y emblemáticos de Cantabria. Su arquitectura de estilo inglés, con un aire romántico, cautiva a todo aquel que lo visita. Situado sobre un promontorio en la península de la Magdalena, ofrece vistas espectaculares de la bahía de Santander y de la isla de Mouro, rodeado por exuberantes jardines y el sonido constante de las olas. Pero para los amantes del turismo de pantalla, esta majestuosa residencia se ha convertido en un destino imprescindible. 

En Gran Hotel, el Palacio de la Magdalena se transformó en el lujoso hotel donde se entrelazaban los secretos y las pasiones de sus personajes. Durante varias temporadas, el vestíbulo principal, el elegante comedor, las habitaciones de los huéspedes y los jardines se convirtieron en escenario de intrigas, duelos, persecuciones y grandes escenas románticas. 

La producción supo aprovechar la belleza natural y arquitectónica del lugar para crear una atmósfera de sofisticación y misterio, propia de la España costumbrista de principios del siglo XX. De hecho, fue la primera vez que este monumento abrió sus puertas a una serie de televisión, y el resultado fue espectacular, pues no solo enamoró a los espectadores, sino que supuso un verdadero impulso para el turismo en Santander y en toda Cantabria. 

Tras su éxito, vendida a más de 50 países y con seguidores tan ilustres como Michelle Obama, que confesó verla con entusiasmo, las visitas al palacio aumentaron notablemente. Hoy muchos turistas recorren sus salones imaginando las escenas de Yon González y Amaia Salamanca, los protagonistas, y buscan los rincones donde se desarrollaron los momentos memorables de la trama. 

El rodaje también dejó muchas anécdotas para los curiosos, algunos actores tuvieron que trabajar con entrenadores de voz para neutralizar acentos modernos y sonar más acordes con la época, Yon González, además, aprendió esgrima y técnicas de lucha para las secuencias de acción, que ganaron así en realismo. E incluso los propios guionistas cambiaron el destino de los protagonistas por la presión de los fans, en lugar de un final trágico para la historia de amor entre Julio y Alicia, optaron por uno más esperanzador. Además de Gran Hotel, el palacete ha servido de escenario para algunas escenas de películas como Los Otros (2001), del director de cine y guionista Alejandro Amenábar. 

Hoy, el Palacio de la Magdalena no solo se puede visitar por fuera, es posible recorrer sus jardines, asomarse a los miradores, bajar a las playas cercanas o, con reserva previa, descubrir sus fastuosos salones y conocer su historia real. El entorno completo, la península, las playas del Sardinero y la gastronomía cántabra, completan una experiencia digna de película, ¿no crees? 

Y como te diría un buen amigo, ya que estás aquí no te marches sin disfrutar de la ciudad de Santander. Te proponemos un paseo por las playas del Sardinero, tomar algo y acompañarlo con unas rabas en los Jardines de Piquío con vistas al Cantábrico, camina por el Paseo de Pereda, y acércate al moderno Centro Botín, perfecto para ver el atardecer sobre la bahía. Eso sí, si buscas algo auténtico entra en el Mercado de la Esperanza para ver las capturas de los pescados del día y degustar algo típico, ¿unas anchoas de Santoña, por ejemplo?. Ya sabes que estas visitas con el estómago vacío no son lo mismo.

Castell de Santa Florentina, Barcelona 

Apenas a una hora de Barcelona, en el tranquilo pueblo costero de Canet de Mar, se alza uno de los castillos más elegantes y cinematográficos de España, el Castell de Santa Florentina. Sus muros cubiertos de hiedra, sus salones modernistas y su imponente patio no solo han sido testigos de siglos de historia, sino también escenario de algunas producciones más populares de la pequeña y gran pantalla. 

Para los amantes de las series, el castillo es mundialmente conocido por haberse convertido, durante la sexta temporada de Juego de Tronos, en Colina Cuerno, la fortaleza de la Casa Tarly. En solo nueve días, los equipos de HBO transformaron el lugar sin apenas efectos digitales: taparon vitrales con tapices, alfombraron el patio, cambiaron escudos y recrearon con detalle la opulencia medieval que pedía la producción. Aquí fue donde Samwell Tarly presentó a Gilly y a su hijo a su madre y hermana, donde cenó con su temible padre y de donde huyó de noche tras robar la espada de su familia. 

Pero Poniente no es el único destino al que ha viajado el Castell de Santa Florentina. También fue elegido como localización para la película coreana Doramas, demostrando que su aire atemporal y su combinación de detalles medievales y modernistas seducen a creadores de todo el mundo. La visita al castillo es imprescindible para cualquier cinéfilo y viajero corriente. Aunque sigue siendo una residencia privada, los propietarios abren generosamente sus puertas para visitas guiadas que recorren los salones, patios, bodegas y, por supuesto, los escenarios de rodaje. 

Pero como buen amante del cine que eres, no puedes decirle adiós a esta localidad costera sin explorar su comarca, la del Maresme, un auténtico plató natural entre mar y montaña. En Canet de Mar, por ejemplo, además de perderte por su casco histórico y disfrutar de su arquitectura modernista, puedes pasear junto a la playa y respirar la calma del Mediterráneo. Y más allá, de esta localidad, encontrarás pueblos y rincones estupendos para realizar turismo como Arenys de Mar y sus casas indianas o los acantilados de Sant Pol, pensados para una cena romántica. Pero quienes se mueven para conocer más acerca de las localizaciones que ha visto en su serie o película favorita, esta comarca ha servido como escenario para anuncios, cortos, series y películas como: El cuerpo en llamas, la serie que recrea el crimen de la Guàrdia Urbana de Barcelona y que protagoniza Úrsula Corberó, ¿Quién es Erin Carter?, otra serie de Netflix que llegó a ser número 1 mundial de lo plataforma con más de 13 millones de visualizaciones, Mi soledad tiene alas, dirigida por el popular actor Mario Casas y protagonizada por su hermano Óscar Casas.

Castillo de Guadamur, Toledo 

En el corazón de la provincia de Toledo, a solo unos kilómetros de su capital, se alza el Castillo de Guadamur, una de las fortalezas más elegantes y mejor conservadas de España. Sus torres, su foso y su imponente silueta lleva siglos desafiando al tiempo y conquistando visitantes. Y no solo eso, también ha conquistado la pequeña y gran pantalla. Incluso llegó a colarse, nada menos, que en un anuncio emitido durante la Super Bowl de 2019, la final de la liga de fútbol americano, una especie de final de Champions, si lo comparamos con el fútbol al que estamos familiarizados. Y es que Estados Unidos se paraliza durante el primer domingo de febrero por esta retransmisión, el evento televisivo más visto del año, llegando aquel 2019 a 188 millones de telespectadores. Cada segundo vale oro, y es algo literal, porque por la emisión de un anuncio de 30 segundos pueden llegar a pagar 5 millones de dólares.  

Fue la marca de cerveza Bud Light quién lo eligió como escenario para uno de sus famosos spots medievales. Durante días, el patio de armas, las almenas y las salas de la ciudadela se llenaron de actores, armaduras, cántaros de cerveza y decenas de técnicos creando un ambiente épico y divertido. Ver el anuncio durante la Super Bowl y reconocer su silueta fue todo un orgullo para quienes ya habían pasado por sus murallas. 

Pero no es la única vez que las cámaras han apuntado a Guadamur. El castillo también ha servido de plató para otras producciones audiovisuales gracias a su aspecto perfectamente medieval y su estado de conservación. Y aunque no sea un plató continuo, sí es una localización muy solicitada para recrear escenas históricas. Alberga múltiples anécodtas de rodajes que se han ido sucediendo desde 1953 con el Caballero negro hasta nuestros días. Las últimas superproducciones que recuerda José Antonio García, guía turístico del castillo, son La Catedral del Mar, La corona partida o series como Isabel o El ministerio del tiempo

Escena de la serie Isabel (Fuente: RTVE), rodada en el Castillo de Guadamur (Toledo)

Más allá de su faceta cinematográfica, el Castillo de Guadamur tiene una historia apasionante. Fue mandado construir a finales del siglo XV por el conde de Fuensalida sobre los restos de una antigua fortaleza musulmana. A lo largo de los siglos, fue residencia señorial, escenario de intrigas cortesanas e incluso utilizado por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia. Con un gusto estético de influencia italiana, su interior alberga una interesante colección de armaduras, tapices, cuadros y muebles de época. Hoy, tras su restauración, pues fue incendiado varias veces, es uno de los grandes orgullos patrimoniales de la comarca, y de la provincia de Toledo. 

Aunque sigue siendo de propiedad privada, la fortaleza abre sus puertas con visitas guiadas que permiten conocer sus salas, su historia, y por supuesto, los rincones donde se rodaron esas escenas que dieron la vuelta al mundo. Además, aquí se celebran bodas. ¿Te imaginas casarte en un castillo de película? ¡Una fantasía! 

Pero no solo de ciudadelas vive la comarca de los Montes de Toledo, te invito a que descubras este territorio, empezando por el propio municipio de Guadamur, pues bien merece un paseo por sus calles tranquilas, con fachadas manchegas y bares y restaurantes donde probar unas buenas migas o un mazapán. Muy cerca, puedes visitar el yacimiento visigodo de Guarrazar, famoso por el tesoro del mismo nombre, una impresionante colección de coronas y joyas reales hoy repartidas entre museos de Madrid y París. Aunque sus réplicas se pueden visitar en el Centro de Interpretación del Tesoro de Guarrazar Y, por supuesto, la ciudad de Toledo, te espera. Su casco histórico Patrimonio de la Humanidad, su catedral, el Alcázar, las sinagogas, los miradores sobre el Tajo y muchas más localizaciones que también han sido telón de fondo de películas y series. 

Y como bonus track te diré que en el mencionado anuncio de la Super Bowl, no solo salió un lugar toledano sino dos. ¿Sabes de qué otra ubicación te estoy hablando? ¡Las Barrancas de Burujón! De hecho, estas mismas barrancas, situadas en los términos municipales de Albarreal de Tajo, Burujón y La Puebla de Montalbán, ya fueron escenario de anuncios para marcas como Coca-Cola y Renault. Lo que ratifica la apuesta del Gobierno de Castilla-La Mancha por impulsar la iniciativa Castilla-La Mancha Film Commission. Con este tipo de acciones se da promoción y visibilidad a todos los espacios de ésta Comunidad Autónoma que pueden ser susceptibles de rodajes. ¿Qué opináis?

Palacio Real de Olite / Fuente: Canva

Palacio Real de Olite, Navarra – Vampiros, aventuras y más 

El Palacio Real de Olite es de esos lugares que parecen construidos no solo para reyes, sino también para directores de cine con buen gusto. Situado en la zona media de Navarra, a media hora de Pamplona, este castillo gótico con alma de cuento se alza sobre la villa medieval de Olite como un decorado natural, tan auténtico que uno diría que alguien lo diseñó pensando en el séptimo arte. No le falta experiencia frente a las cámaras: vampiros, conquistadores y detectives han pasado por aquí en los últimos años, convirtiendo sus torres y patios en escenarios de grandes producciones

Y no es de extrañar. Con sus esbeltas torres, jardines colgantes y galerías llenas de detalles, este palacio, mandado construir en el siglo XV por Carlos III el Noble y su esposa Leonor de Trastámara, ha cautivado tanto a visitantes como a equipos de grabación. Entre quienes se han rendido a sus encantos está el equipo de Vampire Academy, la serie norteamericana basada en la famosa saga de literatura juvenil del mismo nombre. Aunque la serie se rodó en varios emplazamientos a lo largo de la Comunidad Foral, en Bodegas Otazu, en el Monasterio de Iratxe, en la Iglesia de San Pedra de Viana, el grueso de la producción se realizó en Olite, en varias ubicaciones. El Palacio Real de Olite fue una de ellas, pero, sobre todo, se acondicionó para el rodaje el Convento de San Francisco, hoy desacralizado, que la productora alquiló y remodeló con espacios únicos y fascinantes que nos hicieron viajar a un mundo totalmente diferente. 

La serie cuenta la historia de Rose Hathaway, una chica medio vampiro, en su misión de proteger a su mejor amiga, la princesa Lissa Dragomir de unos vampiros que nunca mueren: los Strigoi. Una ficción vampírica con diversas clases sociales, desde la élite que habita en el Palacio de Olite hasta la academia de guerreros que se entrena en el Convento de San Francisco para su protección. Por ello, en ella podemos ver el fastuoso jardín con vistas al castillo en el que se ha convertido la huerta de los franciscanos o la iglesia del propio convento como plató de sus ceremonias. La actriz protagonista, Daniela Nieves, contaba emocionada en una entrevista que rodar en un castillo real y no en un plató en Los Ángeles era un sueño hecho realidad. Y no es para menos, los escenarios naturales dan credibilidad a la ficción. 

Tal fue el impacto de este proyecto, entre septiembre de 2021 y marzo de 2022, que Navarra Film Commission declaró que esta grabación supuso una inversión directa en la Comunidad Foral de más de 10 millones de euros. El rodaje generó más de 300 puestos de trabajo de perfil técnico. Al centro logístico, instalado en el Convento de San Francisco de Olite, se incorporaron 141 profesionales navarros a los departamentos de realización, localizaciones, gestión de alojamientos, maquillaje y peluquería, vestuario, prevención de riesgos o casting. Además, la productora estableció relaciones comerciales con 249 empresas navarras, varios hoteles de la zona y alojamientos privados para acoger a los 246 profesionales técnicos desplazados a este territorio. Así que, podríamos decir que fue todo un éxito. 

Pero antes de que los vampiros se apoderaran de Olite, los conquistadores de Sin Límites ya habían dejado huella en sus murallas. Esta superproducción de RTVE y Amazon Prime Video, con Rodrigo Santoro y Álvaro Morte a la cabeza, recreó en Olite la Lisboa del siglo XVI, para contar la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano, y llenó las calles de tierra, mercaderes, carruajes y figurantes con barba. En las galerías subterráneas de la plaza de Olite incluso se construyó una cárcel para rodar un intenso encuentro entre Magallanes y Elcano, mientras en la ronda de la fortaleza se coreografiaron escenas con burros rebeldes, soldados y hasta un caldero humeante. El propio productor, Miguel Menéndez, confesó que se enamoró del castillo nada más verlo

Y cuando hablamos de superproducción es de verdad. Contó con 25 millones de euros de presupuesto, lo que se traduce en una de las series más caras hechas nunca en España. Y eso se nota. El equipo en Navarra estuvo formado por unas 220 personas y en República Dominicana, donde se trasladaron después para recrear la aldea guaraní a la que llegaron Magallanes y Elcano en Cebú, Brasil, y la batalla de Mactán. Según señaló el productor, Miguel Menéndez de Zubillaga, se realizó un ejercicio brutal de arte construyeron todas las aldeas y decorados para la serie. La espectacularidad del proyecto también lo dio el número de figurantes que participaron, ya que se contó con más de 10.000 figurantes. 

La última en sumarse a la lista fue Blanca Suárez con La Huella del Mal, la adaptación cinematográfica de la novela de Manuel Ríos San Martín, un thriller policiaco en el que el pueblo y el castillo de Olite se convirtieron en telón de fondo de un inquietante crimen. Fue una jornada de rodaje intensa, con cámaras, focos y cuerpos de mentira desplegados entre la Rua Mayor, la cuesta de San María y la plaza Carlos III, mientras Blanca se dejaba fotografiar y firmaba autógrafos entre toma y toma. 

Quizá sea su autenticidad, quizá su estado de conservación o quizá su capacidad para transformarse en cualquier época sin dejar de ser él mismo, pero el Palacio Real de Olite ha demostrado que tiene tanto carisma como cualquier protagonista. Así que, después de todo este resumen cinematográfico, imagino que tienes ganas de conocer el bastión y, por supuesto, de realizar una visita a este municipio, de menos de 4.000 habitantes, conocido por su impresionante patrimonio histórico, su arquitectura gótica y su legado vitivinícola. ¿Tradición vitivinícola? Sí, bajo la Denominación de Origen Navarra, famosa por sus vinos tintos, rosados y blancos. Los viñedos que rodean al pueblo ofrecen la oportunidad de practicar enoturismo, visitando las bodegas y realizando diferentes catas, ¿te animas? Ya ves que Olite lo tiene todo.

Muralla de Ávila / Fuente: Canva

La muralla de Ávila 

Y como broche final a este recorrido cinematográfico de castillos y palacios, nos trasladamos hasta Ávila, porque si hay un lugar en España capaz de robarle protagonismo incluso a las estrellas de Hollywood, esa es la Muralla de Ávila. Esta impresionante joya medieval, Patrimonio de la Humanidad, no solo rodea completamente el casco histórico de la ciudad, ya que es uno de los recintos amurallados mejor conservados de Europa, sino que también ha servido de telón de fondo para algunas de las superproducciones más sonadas del cine. 

A lo largo de los años, las murallas han visto pasar por sus piedras desde monjes hasta ejércitos franceses, y desde Teresa de Jesús hasta Cary Grant y Sofía Loren. Uno de los momentos más cinematográficos llegó con la película Orgullo y pasión (1957), donde Stanley Kramer eligió Ávila para rodar con un reparto de lujo encabezado por Cary Grant, Frank Sinatra y Sofía Loren. Durante días, la ciudad se transformó por completo para recrear un asalto a la muralla con más de cinco mil extras, entre los que se encontraba nada menos que un jovencísimo Adolfo Suárez, que años después se convertiría en presidente del Gobierno español, y un enorme cañón que recorría media España para la película.

Las anécdotas del rodaje son casi tan legendarias como la propia muralla. Para una escena clave, los técnicos olvidaron colocar las cargas explosivas en la muralla falsa, lo que obligó a repetir la toma al día siguiente. El problema es que los extras, que el primer día habían corrido con valentía hacia las murallas mientras saltaban explosiones, aprendieron la lección y, en la repetición, la mayoría prefirió “morir” antes de acercarse demasiado. También corrió el rumor, falso, de que el director pretendía volar un trozo real de la muralla para dar más realismo a la escena, una leyenda urbana que aún hoy algunos repiten con sonrisa cómplice. La ciudad entera se volcó con el rodaje, se ofrecía un sueldazo de 50 pesetas al día (el doble de lo habitual) para ser figurante, y no bastaron los vecinos, por lo que cientos de personas llegaron de los pueblos cercanos a hacer cola para ser parte de aquella gran escena de asalto.

Pero Orgullo y pasión no ha sido la única en enamorarse de Ávila. A lo largo de las décadas, su muralla ha aparecido en una larga lista de títulos: Reina Santa (1947), El caballero negro (1954), Los tres mundos de Gulliver (1960), Campanadas a medianoche (1965), Golfus de Roma (1966), Los señores del acero (1985) y varias versiones de la vida de Teresa de Jesús, entre muchas otras. Incluso el mismísimo Orson Welles rodó aquí parte de su obra maestra Campanadas a medianoche.

Pasear hoy por la muralla es como recorrer un plató al aire libre, con la ventaja de que las cámaras ya no estorban y puedes tomarte tu tiempo para admirar las vistas. Sus almenas y torres ofrecen una panorámica única de la ciudad y de la Sierra de Gredos al fondo, y por la noche, iluminada, es sencillamente espectacular. La muralla de Ávila no solo ha sido escenario de cine, sino también protagonista involuntaria de una historia en la que el patrimonio, el cine y la ilusión de todo un pueblo se entrelazaron para demostrar al mundo que en España había talento, paisajes y murallas de sobra para conquistar a Hollywood.

Y si decides dejarte seducir por este escenario de película, no olvides explorar más allá de la muralla. Ávila es una ciudad que enamora en cada rincón: desde la Catedral, con su espectacular ábside que forma parte de la muralla, hasta la encantadora Plaza del Mercado Chico, perfecta para tomar algo rodeado de historia. Pasea por las callejuelas del casco antiguo y descubre rincones únicos como el Jardín de San Vicente, con vistas privilegiadas, o el Humilladero de los Cuatro Postes, donde la muralla se muestra en todo su esplendor al atardecer. No dejes de visitar los conventos ligados a Santa Teresa y de probar las yemas, un dulce típico que endulzará tu paseo. 

Ahora que has paseado, aunque sea con la imaginación, por castillos que han acogido a los Stark de Invernalia, murallas donde rodaron grandes epopeyas, palacios que han sido testigo de vampiros y aventuras sin límites, seguro que ya estás pensando en tu próximo viaje. Porque para quienes viajamos con los ojos puestos en la pantalla, no hay nada como plantarse frente a esos escenarios que creíamos lejanos, reconocer cada rincón y revivir las escenas que nos hicieron soñar.

España está llena de localizaciones que han saltado del guión a la realidad: auténticos decorados de piedra, historia y magia donde tú también puedes ser protagonista.

Así que coge tu lista de series y películas favoritas, prepárate para la ruta y no olvides algo importante: cuando llegues al lugar, tómate tu tiempo para contemplarlo, sentirlo y —por qué no— grabar tu propia escena. Porque, al final, el mejor recuerdo de un viaje de cine no es solo la foto, sino la emoción de estar ahí, en directo.

Las cámaras ya rodaron, pero la película ahora es tuya.